Cenicienta
Hubo una vez una muy bella que no tenía padres, sino
, una viuda impertinente con dos
, muy feas. Era
quien hacía los trabajos más duros de la
y como sus
estaban siempre tan manchados de ceniza, todos la llamaban Cenicienta
.
Un día el de aquel país anunció que iba a dar una gran
a la que invitaba a todas las
casaderas del reino.
Tú, , no irás -dijo la
-. Te quedarás en
fregando el suelo y preparando la
para cuando volvamos.
Así, llegó el día del y
vio partir a sus
hacia el
Real.
Cuando se encontró sola en la cocina no pudo reprimir sus .
¿Por qué soy tan desgraciada? -exclamó-.
De pronto se le apareció su .
No te preocupes -exclamó el -. Tu también podrás ir al
, pero con una condición, cuando el
del
dé las
tendrás que regresar sin falta. Y tocándola con su
la
en una maravillosa
, también
una
en una preciosa
para poder ir al
.
La llegada de al
causó honda admiración
. Al entrar en la sala de
, el
quedó tan
de su belleza que
con
toda la noche. Sus
no la reconocieron y se
quién sería aquella
.
En medio de tanta ,
oyó sonar en el
del
las
.
¡Oh, Dios mío! ¡Tengo que irme! -exclamó-.
Como una exhalación atravesó el salón y bajó la perdiendo en su huída un
, que el
recogió
.
Para encontrar a la bella , el
ideó un plan. Se casaría con aquella que pudiera calzarse el
.
Envió a su a recorrer todo el Reino. Las
se lo probaban en vano, pues no había ni una a quien le fuera bien el
.
Al fin llegaron a casa de , y claro está que sus
no pudieron calzar el
, pero cuando se lo puso
vieron con
que le entraba perfecto.
Y así sucedió que el se casó con la
y vivieron muy
.
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---|
FIN